Quise decirte que no, decirte quizás que ya era tarde para mi, para los dos, pero me vi en tus ojos y quise intentarlo. Sabía que no era bueno para tu alma enamorada ni para mi corazón inquieto. Y lo intentamos ¡Tan fácil era! Y me sorprendiste... como a cualquiera. Sabía, todo sabía de ti y supe tan poco y ahí estábamos los dos locos. Quizás tu ausencia me esperaba, tu soledad me necesitaba y yo sin ti tan vivo, yo sin ti a tu lado quise intentarlo ¡Desgraciado!. Tan fácil era decirte que no, pero me vi en tus ojos y ahí estábamos realmente locos, juntos, tan solos, sabiendo que no era bueno. Sabiéndolo y yo lo supe primero, y lo intente. Y heme aquí, pensando que tu lloras, mientras no te extraño y tu me añoras. ¡Que Desgraciado! Yo sufro tan poco por verme en ellos y tu... no ríes, y ya sin sueño... duermes... descansas en tu soledad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario