16 oct 2005

Desahogo

Nunca te he pedido nada
y sin embargo te di mi vida.
Tras la sombra de tu llegada,
murió mi alma enamorada,
desde el día de tu partida.
Nunca, o quizás a veces
pedí silencio en tu corazón,
temiendo que desdeñaras,
dentro de mi, lleno de nada,
la dulce huella de la pasión.
Si es que lo he hecho, ha sido poco.
Mientras reías pensaba en ti,
mientras bailabas, quizás con otro.
¡Maldita sea! Pensaba en ti.
Y tan callada, solo te marchas.
Yo te recuerdo y tu te vas.
No tienes alma, vil desgraciada,
por ti me muero y me matas más.
Arde tu ausencia y muere el alma,
alma que llora porque no estás.
Si es que lo he hecho, fue casi nada.
¡nunca te he pedido nada!
Ahora te insisto... ¡No vuelvas más!

No hay comentarios.: